117 reservorios de agua en Caldas están descuidados, no están siendo utilizados por la comunidad
Foto: Institucional | Reservorios de Agua | |
En el 2016, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de Caldas gestionó la instalación de 117 reservorios de agua con la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo debido al Fenómeno del Niño. Por esa época, 11 municipios se habían declarado en calamidad pública debido al intenso verano. En la actualidad, la cartera de Agricultura adelanta un seguimiento a cada uno de estos depósitos para verificar su estado y uso por parte de las comunidades beneficiadas.
Cada reservorio tiene una capacidad de 30 mil litros aproximadamente, una duración de 10 años y un costo promedio de 10 millones de pesos por unidad. En Caldas están dispuestos en veredas que resultaron afectadas por el fuerte calor; 18 de ellos están en Riosucio, 12 en Manzanares, 5 en Anserma, 21 en Villamaría, 23 en La Dorada, 14 en La Merced, 6 en Belalcázar, 40 en Neira, 13 en Salamina, 6 en Pensilvania y 19 Marquetalia.
“Debido a la época invernal por más de dos años, los reservorios están descuidados y se han recibido algunas quejas de la comunidad porque no están siendo utilizados de manera adecuada”, advirtió el profesional especializado de la Unidad de Desarrollo Rural de la Secretaría de Agricultura, Jorge Andrés Pulgarín Giraldo.
Aseguró que la semana pasada verificó que en la vereda Alto Villarazo de Villamaría dos reservorios estaban sin uso; por lo tanto, notificó a la Alcaldía para que en un plazo máximo de un mes hagan uso de él, o si no pasaría a reubicarlo.
“Son inversiones que no se deben dejar perder, más ante una predicción del Fenómeno del Niño a partir de mitad de este año. El llamado a la comunidad es a darle el uso, porque si dejan secar la geomembrana se raja y se daña”, alertó Pulgarín Giraldo.
Concluyó que los reservorios deben tener por lo menos un 50% de la capacidad con agua para que no se dañen, se debe recircular el líquido, además de lavarlos para que no se llenen de algas y suciedad.
Los reservorios de agua son una especie de piscinas con una estructura metálica que los sostiene y una geomembrana, es decir un plástico grueso y resistente que evita que el agua se salga, además de una polisombra para cubrirlo y protegerlo.